Cazador Príncipe Baltasar Carlos

Príncipe Balthazar Carlos cazador Imagen en Infobox.
Artista Diego Velázquez
Con fecha de 1635
Tipo Barroco
Técnico Óleo sobre tela
Dimensiones (alto x ancho) 191 × 103 cm
Colección Museo del prado
Numero de inventario P001189
Localización Museo del Prado , Madrid (España)

El retrato del príncipe Balthazar Carlos el cazador es un óleo sobre lienzo de Diego Vélasquez pintado en 1635 y conservado en el Museo del Prado .

El tema de la caza

El rey Felipe IV de España encargó a Velásquez una serie de pinturas sobre el tema de la caza, destinadas a decorar su nuevo pabellón de caza, la Torre de la Parada , construida en el monte Pardo , cerca de Madrid. Este pabellón se convirtió rápidamente en uno de los museos de pintura más importantes donde se exhibieron una larga serie de pinturas sobre las Metamorfosis de Ovidio pintadas por Rubens . Este pabellón estaba reservado exclusivamente para el patio y nadie más tenía acceso a él. Había muchísimos cuadros mitológicos y una gran variedad de desnudos.

Velásquez pintó otros cuadros sobre el tema de la caza para la Torre de la Parada: el cardenal infante Fernando de Austria, un cazador y Felipe IV disfrazado de cazador . Las tres obras tienen varios puntos en común: su formato estrecho, el personaje representado de ¾, una escopeta en la mano, y los trajes de caza de los protagonistas. Sabemos que el pintor trabajó en muchos otros lienzos sobre este tema, pero no se puede encontrar otro en España.

Descripción

El príncipe está vestido con un traje de caza; Tabardo oscuro de manga corta, calzones holgados, jubón gris, cuello de encaje, botas altas, gorra caída y en la mano derecha, pistola de dimensiones adecuadas para un niño.

Hay dos perros; es un animal siempre presente en una escena de caza. Uno de ellos es alto, tan alto que el pintor lo representó acostado para no aplastar al personaje principal. Tiene orejas grandes y la cabeza en el suelo. El otro es un pequeño perro que sale del encuadre, un galgo color canela con ojos vivaces y cuya cabeza está a la altura de la mano del niño.

En el paisaje, el elemento principal es un roble que acompaña al personaje. Se puede admirar el bosque del Pardo y al fondo, muy lejos, la sierra azulada de Madrid . El cielo es gris y nublado, típico de una tarde de otoño.

Los críticos coinciden en que la cabeza del príncipe es un ejemplo de la maestría del pintor.

Ver también

Bibliografía consultada