La labilidad es la propensión de una cosa a cambiar, a moverse, a ser móvil. Por extensión, designa un objeto sujeto a fallas, inestable.
En psicología, caracteriza un estado de ánimo cambiante: la más mínima emoción genera una reacción difícil de controlar (llorar o reír en exceso). Hablamos de labilidad emocional o labilidad afectiva.
En química y bioquímica , la labilidad es la capacidad de un nucleófugo (o grupo saliente) de poder desprenderse más o menos fácilmente de una molécula. Cuanto más fácilmente se desprende un grupo o un átomo (ejemplo: un átomo de hidrógeno en la posición alílica reemplazado por azufre durante la vulcanización ), más se dice que es lábil.
En el caso particular donde el grupo saliente es el ion H + (llamado "protón" ya que un átomo de hidrógeno que pierde su único electrón se reduce a su núcleo, es decir un protón), la labilidad de este protón dará la prótico o aprótico carácter a la molécula que libera o no.