Una especie clave es aquella que tiene un efecto desproporcionado sobre su entorno en relación con su población, según el concepto introducido por primera vez en 1969 por RT Paine (en) , o su biomasa.
Por tanto, determinadas especies afectan a muchos otros organismos de un ecosistema . Por metáfora decimos que juegan un papel análogo al de una piedra angular en un arco : cuando se retira, todo el arco, incluso todo o parte del edificio de piedra, se derrumba. Cuando una especie clave desaparece, un ecosistema puede sufrir una degradación significativa y posiblemente relativamente rápida, lo que lo convierte en una especie de interés patrimonial . No es necesariamente una especie de gran tamaño, ni una especie con gran número o alta productividad, sino una especie que estructura su ecosistema o asegura su equilibrio ecológico .
Este concepto se cuestiona por la ambigüedad de su definición.
La determinación de las especies clave permite orientar mejor las acciones para proteger la naturaleza , con demasiada frecuencia centradas en especies raras o emblemáticas, pero no necesariamente en las más implicadas en el funcionamiento general del ecosistema.
La reintroducción, protección y gestión de especies clave puede contribuir a la renaturalización y restauración ecológica de ecosistemas degradados a bajo costo. Estos ecosistemas también se vuelven más resistentes . Entre los ejemplos frecuentemente citados se encuentran animales tan variados como la lombriz de tierra , la abeja , el lobo , el ñu , los corales , el castor o el perrito de las praderas , pero también pueden ser especies vegetales como el abedul o el musgo .
Las nutrias marinas protegen los bosques de algas marinas del daño de los erizos de mar. Cuando las nutrias en la costa oeste de América del Norte fueron cazadas por su pelaje, sus poblaciones fueron superadas en número (menos de 1000 individuos en América del Norte. El Océano Pacífico norte), de modo que no pudieron regular la población de erizos de mar. A su vez, los erizos de mar diezmaron los bosques de algas y las especies que dependían de ellos. La reintroducción de estas nutrias ha permitido que el ecosistema se recupere lentamente. Por ejemplo, en el sureste de Alaska, se liberaron 400 nutrias marinas y se reprodujeron en una población de alrededor de 25.000.
Las estrellas de mar también son un ejemplo de piedra angular porque sin ellas hay una proliferación de mejillones que ya no dejan espacio para otros ecosistemas.