La calunnia è un venticello Un'auretta assai gentile Che insensibile, sottile, Leggermente, dolcemente, Incomincia, incomincia a sussurrar. Piano, piano, terra terra, Sottovoce, sibilando, Va scorrendo, va scorrendo
Va ronzando, va ronzando Nell'orecchie della gente
Preséntate, ingresa destramente
E le teste ed i cervelli
Fa stordire e fa gonfiar.
Dalla bocca fuori uscendo
lo schiamazzo va crescendo,
Prende forza a poco a poco,
Vola già di loco in loco,
Sembra il tuono, la tempesta
Che nel sen della foresta
Va fischiando, brontolando,
E ti fa d'orror gelar.
Alla fin trabocca e scoppia, si propaga, si raddoppia,
E produce un'esplosione
Come un colpo di cannone,
Come un colpo di cannone,
Un tremuoto, un temporale,
Un tumulto generale
Che fa aria rimbombar.
E il meschino calunniato,
Avvilito, calpestato,
Sotto il pubblico flagello,
Per gran sort va a crepar.
|
La calumnia es un pequeño viento
Una brisa muy suave
Que, imperceptible, sutil,
Ligera, suave,
Empieza, comienza a susurrar. Piano , piano , con los pies en la tierra,
En voz baja, silbando,
Se resbala, se resbala
Ella merodea, merodea
En los oídos de la gente Se desliza, se desliza
hábilmente
Y la cabeza y el cerebro
Aturde y se hincha.
Saliendo de la boca
El ruido va creciendo,
Toma fuerza poco a poco,
Ya vuela de un lugar a otro,
Parece el trueno, la tormenta
Que en el corazón del bosque
Va silbando, retumbando,
Y te congela de horror.
Al final se desborda y revienta, se extiende, redobla,
Y produce una explosión
Como disparo de cañón,
Como disparo de cañón,
Un terremoto, una tormenta,
Un alboroto general
Que hace resonar el aire.
Y el pobre calumniado,
Humillado, pisoteado
Bajo el azote público,
Por gran desgracia va a morir.
|
Es ante todo un leve rumor,
Un pequeño viento que roza la tierra.
Luego, lentamente,
ves que se
levanta la calumnia , hinchazón, hinchazón a medida que crece.
Confía en la envidia maligna,
Sus rasgos hábilmente dibujados, Piano, piano, piano, piano , Piano , por un ligero susurro,
Ficciones absurdas
Hacen más de una herida
Y llevan en los corazones
El fuego, el fuego de sus venenos.
El mal está hecho, camina, avanza;
De boca en boca se lleva
Luego riforzando se remonta ;
De hecho, es una maravilla.
Pero al final nada lo detiene,
es un rayo, la tormenta.
Pero al final nada lo detiene,
es un rayo, la tormenta.
Un crescendo público, un estruendo infernal
Un estruendo infernal
Se eleva, gira,
Extiende su vuelo, estalla y truena,
Y de odio inmediatamente un coro general,
De la proscripción dio la señal
Y vemos al pobre diablo,
Amenazado como un culpable,
Bajo esta formidable arma
Caída, caída abrumada.
|