En la clasificación de Raunkier , una planta hidrófita es un tipo de planta que vive parcial o totalmente sumergida en el agua ( las yemas y hojas latentes están en el agua) una buena parte del año o incluso todo el año.
Podemos distinguir dentro de esta clase:
Los hidrófitos juegan un papel en:
Las hojas flotantes tienen en sus partes inferiores un tejido lleno de aire llamado aerénquima .
La composición química de las hojas hidrófitas difiere de la de las plantas terrestres. Los hidrófitos contienen la misma proporción de nitrógeno, pero menos carbono. Los ácidos orgánicos están presentes en pequeñas cantidades, a diferencia de los compuestos minerales, que son abundantes. La cantidad de carbohidratos no estructurales es la misma para hidrófitos y plantas terrestres, pero en diferentes proporciones.
Hay dos correlaciones entre los diferentes compuestos químicos:
Las raíces de los hidrófitos pueden almacenar oxígeno o utilizar oxígeno atmosférico. Algunos hidrófitos desarrollan estructuras que les permiten penetrar más profundamente en el sustrato. Las raíces y los rizomas tienen grandes espacios intercelulares (cámaras de almacenamiento de gas) que forman un tejido llamado aerénquima. Las raíces más gruesas con este aerénquima podrán desarrollarse en ambientes donde el oxígeno está presente en cantidades muy limitadas (como en condiciones de hipoxia), a pesar de una pequeña superficie de absorción.
Hay tres tipos principales de posibles adaptaciones:
En plantas acuáticas como las hidrófitas se favorece la plasticidad fenotípica ya que el ambiente varía en cortos periodos de tiempo. Las hojas sumergidas y sumergidas están sujetas a diferentes condiciones y no tendrán la misma respuesta adaptativa para la misma planta. Las hojas sumergidas serán muy similares entre sí y adaptadas a la lenta difusión del CO 2 en el agua (mayor superficie de absorción, reducción de la capa límite), mientras que las sumergidas serán de diferentes formas.
En un ambiente húmedo o acuático, una caída en el pH disminuye la movilidad de los diversos elementos y puede causar problemas de toxicidad por metales pesados.
Los hidrófitos pueden acumular estos metales pesados en sus tejidos sin usarlos realmente. Estas plantas sirven luego como bioindicadores, ya que proporcionan información sobre la abundancia y disponibilidad de metales pesados en un determinado medio acuático.
Algunos tipos de hidrófitos tienen una mayor capacidad para acumular diferentes metales pesados, mientras que otros tienen una menor capacidad. Esto da como resultado una gran diferencia en las capacidades de bioacumulación entre especies del mismo género que viven en condiciones similares.
Los lugares de acumulación y distribución de compuestos también pueden variar entre especies. Algunos hidrófitos acumulan metales pesados en sus raíces o rizomas, mientras que otros los almacenan fuera de la zona de contaminación, ya sea en sus hojas o en sus tallos.