Vía venosa periférica

La vía venosa periférica (VVP, según la lista de abreviaturas en medicina ) es un dispositivo médico que permite la colocación de un catéter en una vena periférica (miembro superior, yugular, rara vez miembro inferior) para infundir líquidos en el torrente sanguíneo general mediante vía parenteral (medicamentos o soluciones intravenosas para la hidratación o corrección del volumen sanguíneo en particular).

Tipos

Hay varios tipos de catéteres venosos periféricos disponibles y se enumeran de acuerdo con un estándar internacional.

Códigos de color del catéter
Ancho en calibre 24 22 20 18 17 dieciséis 14
Color Amarillo Azul Rosa Verde
Verde / blanco
Blanco, Blanca Gris Naranja
marrón
Diámetro exterior
(mm)
0,7 0,9 1.1 1.3 1,5 1,7 2.2
Diámetro interior
(mm)
0.4 0,6 0,8 1.0 1.1 1.3 1,7
Flujo
(ml / min)
13 36 61 103/96 128 196 343
Flujo
(l / h)
0,78 2.16 3,66 6.18 / 5.76 10,68 11,76 20.58
Longitud
(mm)
19 25 33 33/45 45 50 50

Complicación

Una complicación, la mayoría de las veces inmediata, es la salida del catéter fuera de la vena con la infusión del líquido directamente en el tejido circundante. Puede tener pocas consecuencias (aparte de la necesidad de trasplante), manifestarse por un simple edema localizado o por dolor cerca del lugar de la punción. Sin embargo, algunos medicamentos infundidos son irritantes, que pueden causar necrosis tisular, por lo que sin duda se considerará una vía venosa central para reducir este riesgo.

Se trata fundamentalmente de una intolerancia local ( venitis ) que puede llegar hasta la oclusión de la vena por la formación de un coágulo ( trombosis venosa superficial ) y que puede ir acompañada de signos inflamatorios (hinchazón, dolor, enrojecimiento). La venitis es más frecuente cuando se toman determinados medicamentos y si el abordaje ha sido el mismo durante más de tres días, el riesgo aumenta con esta duración.

También puede ocurrir una infección local o general. La proporción de accidentes de este tipo sigue siendo baja, del orden de unos pocos casos por 1000.

Una inyección inadvertida de aire en el sistema podría provocar una posible embolia gaseosa.

Prevención

Varias recomendaciones (publicaciones realizadas por un panel de expertos nacionales o internacionales) recomiendan cambiar sistemáticamente el catéter cada 2 a 4 días. Sin embargo, esta actitud no es unánime y, en determinadas condiciones, el cambio "a demanda" y no sistemático, no provoca más complicaciones.

Notas y referencias

  1. (en) Mestre Roca G, Berbel Bertolo C Tortajada Lopez P et al. “  Evaluación de la influencia de los factores de riesgo en las tasas y la dinámica de la flebitis venosa periférica: un estudio de cohorte observacional  ” Medicina Clínica , 2012; 139: 185-191
  2. (in) Powell J, Tarnow KG Perucca R, La relación entre el tiempo de permanencia del catéter intravenoso periférico y la incidencia de flebitis  " J Infus Nurs 2008; 31: 39-45
  3. (in) Maki DG, Kluger DM Crnich CJ, El riesgo de infección del torrente sanguíneo en adultos con diferentes dispositivos intravasculares: una revisión sistemática de 200 estudios prospectivos publicados  " Mayo Clin Proc 2006; 81: 1159-1171
  4. recomendaciones británicas
  5. (en) O'Grady NP, Alexander M, Burns LA , et al. “  Directrices para la prevención de infecciones relacionadas con catéteres intravasculares  ” Am J Infect Control , 2011; 39: S1-34
  6. (en) Webster J, Clarke S, Paterson D et al. Atención de rutina de catéteres intravenosos periféricos versus reemplazo clínicamente indicado: ensayo controlado aleatorio  " BMJ , 2008; 337: a339
  7. (en) Rickard CM, Webster J, Wallis MC et al. “  Reemplazo rutinario versus clínicamente indicado de catéteres intravenosos periféricos: un ensayo de equivalencia controlado aleatorio  ” Lancet , 2012; 380: 1066-1074

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