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Las pinturas y grabados del Sahara son obras principalmente del Neolítico , realizadas en la roca en el desierto del Sahara y el Magreb . Representan en particular a los humanos de la época y parte de la fauna que los rodeaba.
El arte rupestre de Egipto no está vinculado al del Sahara central, pero tiene conexiones con el del desierto de Libia.
Su datación es difícil, pero la gran mayoría de ellos se encuentran en el quinto milenio a. C. Las más antiguas parecen ser pinturas realizadas en el estilo conocido como las clásicas "cabezas redondas" (apodado "marcianos" por Henri Lhote en 1956 en su libro Descubriendo los frescos de Tassili). Estos trabajos no parecen remontarse a antes de 8000 ± 900 años antes de la Era Común.
Varios otros estilos de pinturas o grabados muestran animales domésticos (especialmente ganado), sobre todo en Tasīili-n-Ăjjer, de ahí el nombre de "estilo bovidiano" que se les da a estas imágenes. Este "bovidiano" fue una de las categorías cronoestilísticas desarrolladas por Henri Lhote, pero investigaciones recientes han demostrado que se trata de una noción sin sentido, que en realidad agrupa estilos muy diferentes y que adquiere diferentes significados según los autores. A la luz de los datos parietales, arqueológicos, paleoclimáticos y paleoambientales actualmente disponibles, es preferible abandonar esta categoría en favor de nombres más precisos y mejor localizados, como Estilo de Iheren o Estilo de Abañher.
El contraste entre la exuberancia de la fauna representada en estas imágenes y la actual aridez del desierto refuerza aún más su atractivo histórico y artístico.
Los grabados y pinturas rupestres que abundan en el Sahara corresponden a diferentes fases cronoculturales de este desierto. Son extremadamente frágiles. El arte sahariano presenta a menudo una sucesión sobre las rocas de imágenes de animales, verdaderos indicadores de la cronoestatigrafía del arte.
Hoy, estas pinturas están amenazadas por la frecuentación turística de los yacimientos rupestres del Sahara así como por las degradaciones que resultan de ellas, pero especialmente por la iconoclasia islamista.